Miro mis manos, en ellas están grabadas las palabras "Cobarde" y "Mentiroso", cierro los puños con fuerza, esperando así poder destruir un vestigio de mi pasado que desearía no poder recordar. Mis ojos se nublan, de ellos brotan lágrimas de arrepentimiento que, mientras caen a la nieve, lentamente se convierten en perlas de hielo, se fragmentan y esparcen por el mundo gracias a un viento llamado "Esperanza".
Lentamente me hundo en las congeladas aguas, encerrándome en una cárcel de hielo esperando encontrar un aislamiento perpetuo sabiendo que nadie vendrá a rescatarme, a sacarme de mi infinita desdicha y soledad. Ante mis ojos, el fondo del mar me obsequia con la imagen de un mundo vacío, yermo, burlándose de mi y mostrándome lo que me espera el resto de mi etérea existencia.